32 Edición de LOS PREMIOS ROCK VILLA DE MADRID
FIESTAS DE SAN ISIDRO
FINALIZÓ CON ÉXITO UN UNIVERSIMAD DONDE SE VALORÓ MÁS EL ASPECTO MUSICAL QUE EL FESTIVO.
EN EL PARANINFO DE LA COMPLUTENSE LA PASIÓN MELÓMANA DE 12.000 PERSONAS Y 17 BANDAS VENCIERON A UNA METEOROLOGÍA FRÍA Y DESAPACIBLE.
DURANTE 12 HORAS, MÁS DE 200.000 OYENTES DE TODO EL PAÍS FUERON TESTIGOS RADIOFÓNICOS DEL FESTIVAL A TRAVÉS DE LAS ONDAS DE RADIO 3
La cálida voz de Amparo Sánchez, la artista antes conocida como Amparanoia, puso a la noche de San Isidro en el Paraninfo de la Universidad Complutense de Madrid, a la séptima edición de Universimad. Hasta que llegó la cantante granadina, por el escenario de este festival que se ha convertido en acontecimiento tradicional de las fiestas madrileñas de San isidro, fueron desfilando desde las doce del mediodía una docena de artistas con diferentes y conocidas propuestas musicales, además de los cinco grupos nuevos que compitieron en la fase final de los Premios Rock Villa de Madrid.
Universimad ha transcurrido además este año por los senderos de la solidaridad con las víctimas del terremoto Haití. Radio 3, la emisora musical de RNE, ha trasmitido por entero y en directo las casi doce horas de música y solidaridad que también han tenido su dosis de humor gracias a las descacharrantes intervenciones de los responsables de “Carne Cruda”, que emite la cadena pública diariamente a la hora de comer.
Con tiempo frío y desapacible, Universimad arrancó a las doce horas exactas del medio día con los catalanes Stay, presentados por Julio Ródenas, del programa de maquetas y descubrimientos “Capitán Nemo. La psicodelia y la intensidad eléctrica fueron las armas que la banda utilizó para provocar el baile y la participación del público.
Los malagueños Tom Cary les tomaron el relevo. Este grupo devastador, que además participa este trimestre en el circuito Artistas en Ruta, de la AIE, utilizó una guitarra, un bajo y una batería y media para triturar con furor una suerte de de punk desmenuzado y vibrante.
A Ángel Carmona, director y conductor del programa “Hoy empieza todo”, le tocó suavizar el asunto presentando a los valencianos La Habitación Roja. En busca de la perfecta canción pop, como suele decirse de ellos, aportaron a su propuesta en español la belleza de un celo y un violín.
Universimad despidió la mañana con la energía de The Right Ons, los madrileños que vacilaron con su presentador, Gustavo Iglesias, también de “Hoy empieza todo”, sobre eso que dicen que parece que se destetaron con los Stones y James Brown, por su mezcla de funk y rock pedregoso.
Comenzó después la tanda de grupos a descubrir. Primero, Inbow, el grupo ganador del concurso universitario, y después los cinco finalistas que optaban a la 32 edición de los Premios Rock Villa de Madrid.
Entre el rock contundente de Apnea, la brutalidad andaluza de Bolu2 Death, el preciosismo de Sweet Oblivion, los muros eléctricos de Chicomalo, y la ingenuidad de Naive, el nutrido jurado resolvió entregar el primer premiso –nada menos que un talón de seis mil euros- a estos últimos. Chicomalo quedó en segundo lugar- 3.000 euros- , además de llevarse el premio Gibson al mejor guitarrista –David Salas- y al grupo seleccionado por AIE para participar en la siguiente fase del circuito Artistas en Ruta.
A partir de la cinco, las mujeres tomaron el protagonismo total con una serie de propuestas donde se arriesgó por la calidad musical sobre el denominador común de lo festivo.
Presentado por Julio Ruiz, el conductor del mítico programa “Disco Grande”, abrió la femenina tarde el dúo alcarreño Idealipstick, ganadores del Villa de Madrid del año pasado, desgranando su poderoso rock de trazos pop y ecos de punk resolutivo.
Continuó la rapera gallega de origen uruguayo Wöyza, participante también de Artistas en Ruta, y siguió con Lula, el grupo que lidera Patricia Escoin, ex cantante de Los Romeos. Una mujer a la batería contribuyó a recalcar más si cabe ese toque femenino.
Tulsa, con la doctora Miren Iza al frente, mostró una desbordante personalidad con sus honestas y directas letras que la acercan a la canción de autor de fuertes resonancias roqueras y “americana”. Virginia Díaz, directora del programa “180 Grados” fue la que le dio paso.
Llegó el momento de Ana Curra, una de las actuaciones que más expectativas había despertado desde días antes. La musa punk de la movida madrileña que participó en los ochenta en proyectos como Pegamoides, Seres Vacíos y Parálisis Permanente, volvía a los escenarios madrileños acompañado de Digital 21. La idea de esa insospechada unión provenía de Jesús Ordovás, otro histórico locutor de Radio 3, según recordó Diego Manrique, que fue el que se encargó de introducirles en el escenario. “Se une el legado con la avanzada”, dijo Manrique al referirse a esa peculiar conjunción de dos artistas de dos épocas bien distintas, la del punk ochentero y la electrónica de los noventa.
Entrando en la oscuridad de la noche salió al escenario Najwa, desprovista ya de sus escarceos electrónicos con los que se dio a conocer como Najwajean. Transmutada en roquera intimista, son concierto derrochó belleza y sensibilidad y una dulzura no exenta de toque morboso y canalla.
Y llegó el cierre con Amparo Sánchez, que fue presentada por Santi Alcanda, conductor de “Como lo oyes”, el espacio de la tarde de Radio 3. La granadina enlazó en su actuación la calidez del Caribe con los ecos secos del desierto de Tucson.
Si Ana Curra había puesto la nostalgia a Universimad y Najwa las atmósferas tórridas, Amparo sirvió el corazón y la sangre.
Una propuesta intimista y sencilla para un final de Universimad que ha mantenido una propuesta atrevida y diferente a las ediciones anteriores.
Parece que un encuentro maratoniano de estas características ha de acabar con tralla y la gente enloquecida dando saltos.
Estas mujeres con sus diversas propuestas y sus particulares sonidos exquisitos demostraron que hay otras vías para concluir un festival venciendo a una meteorología era extrañamente fría en la noche de mayo madrileña y consiguiendo que doce mil melómanos regresaran a casa contentos y con calor en el alma.
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